Meditación y Plenitud Interior
- Silvana T. D'Agostino
- 6 feb 2017
- 2 Min. de lectura
Entre las muchas herramientas que nos ofrece la tradición del Yoga, está la de fijar una resolución para la práctica.
Se trata de establecer una intención directamente conectada con nuestro corazón, nacida en lo más profundo de nuestro ser.
Haciendo extensivo este concepto y aplicándolo a nuestra vida cotidiana, podríamos asimilarlo con nuestro compromiso, con nuestra fuerza de voluntad aplicada (por lo general a comienzo del año), a metas a través de las cuales muchas veces, no solamente nos proponemos cambiar lo que hacemos, sino también lo que somos.
En general estas metas están bastante distanciadas de nuestro corazón, de nuestros deseos más íntimos, y lejos queda entonces la posibilidad de canalizar adecuadamente la energía que hay en nosotros.
Lo que sucede en realidad es que a poco andar, nuestra fuerza de voluntad y entusiasmo se agotan, pues esa intención en vez de permitirnos realizarnos plenamente, en vez de respetar el propósito más profundo de nuestra vida, en realidad es un impulso que provino de nuestro ego, que es desde donde habitualmente promovemos”la necesidad de cambio”.
Así entonces es inevitable el fracaso y la consecuente frustración.
Esta intención, en realidad debería ser un compromiso para apoyar nuestra verdad más elevada, y que a su vez estará íntimamente relacionada con nuestro propósito en la vida.
Podríamos pensar entonces que, en vez de intentar “hacer” para imponernos cambios, tal vez podríamos permitirnos simplemente “ser”, conectándonos con ese deseo que surge desde lo más profundo de nosotros.
Cómo? Si estamos hablando de establecer, de encontrar una intención que refleje nuestra verdadera naturaleza, si estamos hablando del deseo de nuestro corazón, entonces en realidad estamos hablando de quien somos.
Es necesario entonces hacer algún cambio?
Lo que podrá suceder es que no seamos concientes, entonces deberemos adoptar una actitud receptiva en nuestra mente calma, para poder escuchar del deseo de nuestro corazón.
La práctica de Yoga, especialmente la meditación, será la que permitirá que podamos conectar con ese deseo, con esa verdad y luego podamos sentirla para poder así reflexionar sobre ella.
Y para poder en última instancia, sí “hacer” en función de ese deseo.
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