La Respiración y La Personalidad
- Silvana T. D'Agostino
- 15 ene 2017
- 3 Min. de lectura
La respiración por ser el primer acto del hombre al nacer y su primera relación con el exterior, es el primer acto social.
No es por lo tanto sólo un acto fisiológico, sino que también es un acto psicológico a través del cual el hombre mantiene un ininterrumpido contacto con el mundo que lo rodea, en un intercambio vital.
El hombre se relaciona a través de su aparato respiratorio y de dos niveles estrechamente vinculados, como son el nivel conciente (voluntario) y el inconciente (automático).
Es uno de los objetivos del Yoga, descubrir el nivel inconciente de la psique que limita y condiciona la vida conciente, para incorporarla a la personalidad conciente, para que ésta recupere su libertad interior.
La personalidad estructurada sobre estos dos niveles, se expresa también a través de ellas: la estructura inconciente, basada en los impulsos y tendencias instintivas de la naturaleza humana y la conciente, basada sobre la base de nuestra mente racional
La personalidad conciente, resultante de nuestro psiquismo elemental biológico, está en constante intento de expresar nuestras necesidades y de conseguir sus objetivos, es entonces una realidad dinámica con una intencionalidad definida que, permanentemente actúa sobre nuestro psiquismo conciente, dándole un determinado impulso, dirección y sentido.
La personalidad inconciente, es la resultante del impacto de la conciente y es vivida con nuestra mente conciente.
Podemos decir que toda la gama de nuestra personalidad resulta de la combinación de esta interrelación.
Si lográramos establecer una relación armónica entre ambas, tendríamos a la personalidad natural funcionando como una unidad total, de expresión completa de sus posibilidades.
Esta integración de la personalidad es una de las búsquedas del yoga.
Esta integración equivale a nivel fisiológico, a la integración de los sistemas nerviosos: central y el periférico (simpático y parasimpático).
Respirar profundamente, no significa llenar los pulmones a la fuerza.
Para respirar profundamente es necesario que no haya impedimentos en la entrada y salida del aire, conforme a la capacidad y necesidad de cada uno.
Es necesario que los movimientos de inspiración y exhalación funcionen sin inhibición alguna, conciente o inconciente.
Respirar profundamente, implica que nos relacionemos con nuestro entorno, sin miedos, sin restricciones o reservas, en definitiva es necesario que respiremos con todo nuestro ser..
Si hay tensiones emocionales reprimidas, seguramente significará que hay tensiones musculares inconcientes que imposibilitan nuestro libre accionar.
Es decir que toda la persona respira, no sólo sus pulmones.
Toda la persona se expresa a través de su respiración y si está reprimiendo algo, también reprimirá su respiración.
Existe una evidente relación entre la respiración superficial y la respiración profunda, así como entre el nivel conciente y el inconciente.
Si la respiración superficial se profundiza se ponen en contacto ambos niveles, estableciéndose una comunicación directa entre ambos y produciéndose una verdadera transfusión de energía del nivel inconciente al conciente haciendo que, no sólo disminuya la tensión y el gasto energético que esa tensión exige, sino que también aumenta el capital energético del nivel conciente.
El cual va a ir ampliándose, profundizándose, haciendo que la energía del nivel inconciente se incorpore a la conciencia, produciendo una sensación de alivio, descanso, ampliación de la mente, los afectos y la voluntad, es decir se producirá una expansión de la conciencia.
Podemos decir ahora que, directa o indirectamente todas las prácticas respiratorias del yoga tiene este fundamento.
Psicologicamente, podríamos interpretar que durante la inhalación profunda, conciente, sin esfuerzo, el individuo deja que el mundo (aire) entre en su interior para su propia revitalización según la medida exacta de sus necesidades, recibe del mundo su energía vital, con una actitud abierta, de participación y compenetración con su entorno. Aceptando. Aceptando a las personas, sucesos y cosas como son.
La exhalación profunda, conciente, sin esfuerzo, en cambio, implicaría que la persona se desprende y deja que vuelva al mundo debidamente transformado, el aire que de él ha recibido.
Relajándose, aflojándose, descansando.
Lo que significa la entrega y expansión total del sí mismo, del ser.
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