Construyendo la Postura de Meditación. En silla.
- Silvana T. D'Agostino
- 14 nov 2016
- 3 Min. de lectura
La meditación requiere preparación.
Según la concepción clásica del Yoga todas sus técnicas tienen por finalidad. permitirnos sentarnos a meditar.
Entonces lo primero que deberíamos hacer es estabilizar y calmar el cuerpo, para que no genere distracciones en la mente y ésta se calme.
La consideración principal respecto del cuerpo, es la columna vertebral. La cabeza debe estar en línea con el resto de la columna, la espalda erguida pero relajada, conservando sus curvas naturales.
Esto no sólo por una razón física de estabilidad sino además, por una razón más sutil que es la de permitir el libre flujo de la energía a lo largo de la columna.
Pero permanecer sentados por un período de tiempo no resulta tan fácil.
La mayoría de nosotros tenemos tensiones musculares generalizadas, rigidez y/o debilidad en la columna vertebral, en la pelvis, en las piernas o en los hombros, que obstaculizan nuestros esfuerzos por mantenernos sentados con la columna estirada, alineada y sin tensión.
Si los hombros están caídos hacia adelante y el pecho hundido, será difícil enderezar la espalda superior y abrir el pecho.
Una postura estable requiere además que nos sentemos con la pelvis ubicada de manera tal, que permita a partir de ella construir una espalda erguida.
La práctica de las posturas entre otras cosas permiten: mejorar la alineación; desarrollar de la flexibilidad en las piernas, las caderas, la columna vertebral; fortalecer la zona lumbar; abrir el pecho; y en general desarrollar la auto-conciencia respecto de nuestra postura. Lo cual sucederá con la práctica y el tiempo.
Mientras tanto, no por no podernos sentar estables y cómodos en el suelo dejaremos de hacer nuestros primeros intentos.
Hay una postura alternativa a las posturas sedentes sobre el suelo, que cuando se ejecuta correctamente nos permite mantener la columna derecha, el cuerpo cómodo, las energías sutiles concentradas y alineadas, la respiración constante y suave, la mente tranquila y clara.
Aquellos entonces, con alguna dificultad sea por la edad, por lesiones, por problemas en las articulaciones (especialmente de rodillas y caderas), o por tener poca flexibilidad en su espalda, pueden optar por realizar la práctica sentados en una silla.
La silla tendrá que tener una superficie firme y plana, que nos permita sentarnos de manera que las rodillas queden alineadas con las caderas (articulaciones donde la piernas se unen al tronco), los pies apoyados en el suelo y apuntando hacia delante.
La altura de la silla es importante pues en todas las posturas sentadas, es conveniente tener las caderas un poco más altas que las rodillas, así los muslos se inclinan suavemente hacia abajo haciendo que toda tensión en las piernas se reduzca y además nos permite mantener la espalda erguida.
Si los pies no apoyan firmemente en el suelo, colocaremos algún tipo de apoyo plano debajo de ellos.
Los hombros los dejaremos ubicados lejos de las orejas pudiendo para ello dibujar un círculo con ellos, llevándolos primero hacia adelante, luego arriba, atrás y abajo, quedando ubicados de manera que nos permitan mantener el pecho amplio, proyectándose hacia adelante y arriba y el cuello despejado.
Las manos relajadas, podrán quedar apoyadas sobre los muslos, sea con las palmas hacia arriba o hacia abajo, descargando el peso de los brazos, que colgaran flojos desde los hombros.
Una vez ubicados, nos tomaremos unos minutos para observar si la postura se siente estable y cómoda, si siento que voy a poder permanecer unos minutos en ella sin molestias físicas que distraigan a mi mente y de ser necesario haremos todos los ajustes correspondientes.
Por último llevaremos la atención a la columna recorriéndola mentalmente, tratando de visualizarla, de sentirla y comenzar a trabajar en ella con la respiración. Inhalando voy a intentar estirarla, crear espacio entre sus vértebras presionando hacia el asiento a través de la base de la columna y creciendo a través de la parte superior de la cabeza. Exhalando relajo, sin perder lo que conseguí con la inhalación anterior.
Todo esto, es previo a la práctica de meditación.
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