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Depresión y Yoga.

  • Foto del escritor: Silvana T. D'Agostino
    Silvana T. D'Agostino
  • 12 oct 2017
  • 4 Min. de lectura

Sabemos cuán profundo nos afecta la tristeza y los sentimientos de desamparo en todos los aspectos de nuestra vida, cuando estamos en un estado depresivo.

Tanto, que es como que sacuden el núcleo mismo de nuestra constitución psicológica y física.

Cuando nos identificamos con cosas que inevitablemente van a cambiar y nos apegamos a ellas, estaremos más vulnerables a padecer depresión.

Y conforme nuestros sentimientos y los demás síntomas de la depresión persistan, cada vez se nos va a hacer más difícil liberarnos de esos apegos y evitar “convertirnos” en aquello con lo que nos identificamos.

El Yoga nos enseña que no somos nuestros sentimientos ni nuestros síntomas, sino que vivimos una relación multidimensional con ellos.

El Yoga puede ser un antídoto para los síntomas físicos, el desequilibrio emocional y para los pensamientos y comportamientos que genera la depresión.

Desde una perspectiva fisiológica la depresión afecta a todo nuestro organismo, incluidos los sistemas digestivo, respiratorio, hormonal, cardiovascular...

El impacto más importante de la terapia del Yoga, se da en las funciones de los sistemas simpático y parasimpático de nuestro sistema nervioso autónomo.

La depresión crea un disbalance entre estos dos sistemas, impactando así sobre la manera en como nos sentimos y nos comportamos, e incluso en las cosas que pensamos.

El sistema nervioso simpático, regula las funciones involucradas en la respuesta de “pelear, huir” que se activa cuando percibimos algún peligro.

El sistema nervioso parasimpático, gobierna las funciones involucradas en las respuestas de “descanso y digestión” que son activadas cuando estamos en reposo.

La práctica de asanas con técnicas de respiración y relajación guiada, ayudarán a equilibrar el sistema nervioso.

Cuando nos deprimimos, es común sentir tristeza, aflicción, desesperanza, vacío, indefensión, desesperación …

En la antigüedad se usaba la meditación, el canto, la repetición de mantras, oraciones y el apoyo de la familia, de la comunidad para levantar el ánimo.

La repetición de mantras es una herramienta poderosa para hacer frente a esta situación, enfatizando tanto el significado, como los sentimientos o actitudes que generan.

Antiguamente, era un maestro quien indicaba el mantra al practicante, hoy podemos empezar por aquel mantra que nos lleve más alla de nuestros pensamientos distorsionados, aquel que levante nuestro ánimo, aquel que nos conecte con fuentes de inspiración y sentimientos positivos. En un intento de alejarnos de la sensación de soledad y aislamiento.

La gente de la cual nos rodeamos, las actividades en las que participamos y los valores que tengamos, también impactan profundamente en nuestro estado de ánimo.

Así, las prácticas para hacer frente esta situación deberían incluir también el cultivar relaciones significativas, que nos acercarán a personas y cosas que sean positivas, que levanten nuestro ánimo y despierten en nosotros sentimientos de tolerancia, compasión y generosidad de espíritu.

La depresión distorsiona nuestro auto concepto y la manera en como interpretamos las cosas que pasan a nuestro alrededor, pudiendo quedar atrapados en una espiral de autodestrucción.

Es necesario tener la capacidad de concentrarnos para poder crear estabilidad mental y usar la meditación para desarrollar claridad, sabiduría.

También podemos recurrir a la lectura de textos sagrados o algún artículo que nos inspire y tal vezn nos surja la necesidad de renovar nuestro compromiso con nuestras creencias espirituales.

Resulta indispensable encontrar un sentido a la vida desde una perspectiva más amplia, para poder sanar y liberar nuestra mente.

La meditación y el estudio, son herramientas excelentes.

El cultivar la determinación, reforzar la fuerza de voluntad, ponerse metas y cumplirlas son prácticas importantes en el Yoga y pueden ayudarnos a vencer hábitos y comportamientos disfuncionales que nos paralizan y mantienen deprimidos.

Desde la terapia de Yoga podríamos realizar una práctica que enfatice la disciplina y el control de impulsos, que incluya la práctica de renuncia selectiva (abstenernos de algo que habitualmente hacemos), con el objeto de liberarnos de apegos. Podemos empezar por dejar algo que sabemos que no es bueno para nosotros, aunque en realidad tiene más que ver con renunciar a algo a lo que estemos apegados, aunque no necesariamente sea malo.

Podemos también, crear algún tipo de ritual diario: unos pocos minutos de respiración conciente, caminar por la mañana, hacer algún tipo de servicio desinteresado (hacer algo por nosotros y/o por los demás, puede generar energía positiva e iniciarnos en el camino de la recuperación).

Comprometernos con una práctica personal, nos ayuda a liberarnos de pensamientos, sentimientos, deseos, conflictos, distracciones y patrones de comportamiento disfuncionales, que disipan nuestra energía y nos mantienen atrapados en la depresión.

Después de haber clarificado nuestra mente, que no significa desarrollar amnesia selectiva, sino que será el efecto combinado de todo el trabajo de una práctica integral, podremos ver nuestros patrones claramente; sentirlos y experimentarlos como algo cambiante e impermanente. Siendo éste el primer paso para liberarnos de su influencia.

Significa que aprenderemos a ver las cosas como son, sin reaccionar a ellas o malinterpretarlas.

Ayudandonos a controlar y dirigir toda nuestra energía hacia una transformación profunda y duradera en todos los niveles de nuestro ser.

Las posturas que realicemos, deberían enfatizar más en la respiración que en la forma en sí, para poder tener un impacto directo en nuestras funciones orgánicas (particularmente en nuestro sistema nervioso autónomo, balanceando las respuestas del sistema nervioso simpático y parasimpático).

Puntualmente durante la inhalación enfatizar en la expansión del pecho y la caja torácica para activar así, más directamente la respuesta del sistema nervioso simpático y despertar nuestra energía.

Además se podría realizar una retención de la respiración después de la inhalación, lo cual incrementará su efecto energizante.

Cuando practiquemos la retención, durante su duración haremos como si siguiéramos inhalando, extendiendo así ligeramente el movimiento, en lugar de sólo aguantar la respiración y tensar.

Las técnicas específicas de respiración en los asanas y el pranayama, impactan directamente sobre las funciones orgánicas, mientras que el canto y la meditación tienen una influencia positiva en el estado de ánimo, en nuestro auto concepto y en nuestro comportamiento.

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